jueves, 18 de enero de 2007

SANGRE INDÍGENA: LA MÁS DERRAMADA Y LA MENOS RECONOCIDA

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Otra visión de los hechos
¿Cuántos realmente sabemos la verdadera historia de Bolivia? Al hablar de la historia de Bolivia podemos remontarnos 1809 y 1810, cuando se realizaron los primeros gritos libertarios en la naciente "hija predilecta" de Bolivar. Se menciona la fundación de Bolivia en 1825, la guerra del pacífico en 1879, el conflicto en El Acre a principios del siglo XX o la guerra del Chaco entre finales de la década de 1820 y principios de la década de 1930 o la revolución nacional en 1952. Todos esos hitos históricos se suman a los de la historia reciente, cuando se recuperó la democracia o cuando se expulsó del poder a tiranos como Sánchez de Lozada.
El común denominador en todos estos momentos es que la sangre derramada fue fundamentalmente indígena o campesina, si así quieren llamarla. Lo irónico es que este país, lejos de reconocer a sus silenciosos héroes, los humilla y lo humilló a lo largo de la historia.
En todos los conflictos marcados en la dramática historia de Bolivia, los más sacrificados han sido los más discriminados. Por ejemplo, en la guerra del Chaco, losq que estaban en el frente de batalla eran los llamados "indios", mientras que los de un mestizaje más conveniente estaban más a la retaguardia.
Lastimosamente, los indígenas pusieron su sangre, regaron sus cuerpos en los campos de batalla para liberar a América del colonialismo español, pero no lograron liberarse a sí mismos. Aun después de que América se liberase del yugo español, los indígenas fueron obligados a servir a los nuevos patrones terratenientes, sufrieron abusos generación tras generación pero aun así mantuvieron con su trabajo al país. Ni la reforma agraria, ni el voto universal mejoraron la visión de semi-animales o animales que aún hoy, en pleno siglo XXI, persiste en ciertos círculos.
Se escribió mucho sobre la discriminación, sobre la explotación del "indio"; a principios del siglo XX, en el libro "Pueblo Enfermo", Alcides Arguedas expresaba de forma dramática la visión del blanco y mestizo boliviano sobre el indio: "Si alguna utilidad se puede sacar del indio, es hacerle servir de bestia económica y pasiva", o también, "La condición del indígena es peor que la de una bestia que tiene dueño que la cuida, favorece y estima".
En todos los conflictos marcados en la dramática historia de Bolivia, los más sacrificados han sido los más discriminados. Por ejemplo, en la guerra del Chaco, los que estaban en el frente de batalla eran los llamados "indios", mientras que los de un mestizaje más conveniente estaban más a la retaguardia.
Hay hechos que, cien años después, hacen pensar que las apreciaciones de Arguedas aun son válidas. Puede ser que un gradual mestizaje redujo el grado de discriminación y de maltrato a los indígenas, pero esos males siguen aun presentes en la sociedad boliviana. Lo triste es que los llamados a entender la situación de esa sufrida gente de nuestro país como son la gente que tuvo acceso a educación, son los que tienen el comportamiento más vergonzoso a la luz de las leyes internacionales referidas a derechos humanos. La Declaración Universal de Derechos Humanos (Ley Internacional – Teherán, 1968) proclama en su primer artículo que "todos los seres humanos nacen libres e iguales, revestidos todos de la misma dignidad y dueños todos de los mismos derechos".
En países del Tercer Mundo no llega cumplirse aquella parte de "los mismos derechos"; algunos reciben salud, educación y necesidades básicas satisfechas, mientras que otros no, y no solo eso, se los humilla por no haber sido beneficiados con sus derechos. Una persona que en Bolivia recibió educación tiene que estar conciente que, al haber disfrutado de ese derecho, otro compatriota tuvo que resignarse a no tener ese derecho. Ahora, que encima de esa injusticia, el educado denigre y discrimine al que no fue educado, es el colmo… es una grosería, es… no hay palabras para describirlo.
La vida en el campo no es precisamente una vacación; estar expuesto a los caprichos de la naturaleza, a enfermedades y al olvido. Trabajo duro de sol a sol, de lunes a domingo, de enero a diciembre para producir alimentos que son vendidos a precios tan bajos que daría la impresión que son subvencionados por los campesinos, para encima ser despreciados, ¿en que mundo vivimos? Si Dios existe que baje y vea esto…
Es que hay realidades que no se ven desde las ciudades, la mayoría de la gente solo ve sus verduras, hortalizas y frutas en su mesa, ¿pero quien piensa en el momento de devorar ese alimento que alguien se destrozó las manos para producirlo?
Muy fácil es quejarse cuando un campesino llega a la ciudad, se lo ve como una mosca en la crema de una torta, alguien indeseable que "huele mal", que solo sabe masticar coca como bruto… esas son las expresiones que se maneja, tengan la seguridad que así es.
En los últimos días llegaron a la ciudad cientos de campesinos protestando por algo que ellos creían justo y que algunos creemos que era justo (y no somos ni cocaleros ni campesinos). Mientras la mayoría de los cochabambinos que viven en la ciudad se ocupaba de llevar su vacía vida, algunos más allá de la ciudad escucharon una seria amenaza a la patria que tan poco hizo por ellos pero que aun así aman con todas sus fuerzas, la máxima autoridad del departamento de Cochabamba apoyó la independencia de una parte de Bolivia…
Vinieron desde lejos para hacernos saber que ellos no permitirían una división del país y los citadinos solo se limitaron a decir "estos indios están ensuciando las calles", ¡vaya! no importa si alguien divide el país pero si que se ensucie la calle… y después ¿quienes son los que no tienen educación?
Imagínense el escenario; lejos de su ambiente, de sus familias, de su tierra y aparece alguien grosero que dice "Indio de m…, fuera de acá…". No es difícil imaginar reacciones como las que sucedieron, como el arrojar el acullico contra el que ofende… yo también lo haría… Y la prensa está ahí: "Los cocaleros agraden a la población…", ¿tal vez habría que averiguar bien quienes agraden a quienes?
Tal vez peor aun es encontrarse con autoridades insensibles y soberbias que prefieren provocar para hacerse luego pasar como víctimas, manejar los medios de comunicación para satanizar a humildes ciudadanos que también son parte del país aunque no falte el que quisiera ocultarlos o confinarlos en el rincón más oculto del país.
¿Acaso es tan grave para una autoridad decir "me equivoqué"? la gente del campo, puede que no tengan títulos universitarios, pero aprecian esos valores como reconocer errores, aceptan razones cuando son planteadas con respeto. Me pregunto, ¿acaso las cosas que sucedieron hubieran sucedido si el prefecto conciliaba? "Fue una declaración en el calor de una manifestación, me disculpo…", "Era una apreciación personal que no condice con las políticas de la prefectura…", "Podemos, junto con ustedes, ver mecanismos para analizar el tema de referéndum si corresponde o no…". La verdad es que había tantas formas conciliadoras para solucionar el problema, y había casi un mes de tiempo para decir una sola frase que podía ser suficiente, pero la arrogancia y la soberbia es mala consejera, sino pregúntenle a Gonzalo Sanchez de Lozada.
La infamia triunfó el día 11 de enero de 2007, pueblo contra pueblo por culpa del racismo irresponsable que armó, planificó y llevó a cabo una masacre en las calles de nuestra ciudad, todo por soberbia, arrogancia, y autoritarismo. Tengo varias preguntas:
¿Quién va a una marcha pacífica con palos?
¿Quién carga un arma de fuego si no tiene la intención de utilizarla?
¿Quién va a una marcha pacífica dirigiéndose exactamente al lugar donde se encuentra el bando supuestamente opuesto y conflictivo?
¿Qué clase de ser humano es capaz de golpear a una persona con un palo envuelto en alambre de pua?
¿Qué clase de personas pacíficas golpean a mujeres con niños, o a ancianos?

¿Puede ser que una persona que va a una marcha pacífica estar equipado con bate, guantes, lentes de seguridad, etc.
¿Es concebible que los medios de comunicación inciten a la violencia?
La verdad es que este nefasto día, los que agredieron parecían estar haciendo deporte, parecía como si lo disfrutaran. Uno de los individuos detenidos por la policía por tener un arma de fuego, al ser enfocado por la cámara, sonreía como congratulándose a si mismo por la posibilidad de haber matado a otro ser humano.
Mucho se habló del joven de 18 años muerto en el conflicto, pero no se habló del cocalero muerto. El cocalero muerto por dos disparos de arma de fuego se llamaba Nicómedes Gutierrez, tenía 34 años, tenía 3 hijos y deja una esposa embarazada de 6 meses. Ambas muertes son trágicas pero diferentes, uno de ellos fue a agredir (casi como un juego) con la posibilidad cierta de matar y el otro murió huyendo de una horda de matones bien nutridos para salvar su vida.

4 comentarios:

  1. Mucho se habla del muchacho muerto, mentira no se habla mucho, no hay nada en el períodico sobre esto, pero si de que los cocaleros llevaron a su martir por la plaza 14 de septiembre, ambos lados son irracionales, ambos lados estupidos.
    NO se habla de que cuando un muchacho con terno y preocupado por sus ideas pasa al lado de los cocaleros estos le agreden, es un odio de ambos lados. la discriminacion es de ambas partes, lo principal es que ahora ambos lados enseñen a no discriminar y lo hagan a través de sus hijos, muchos lo harán otros no.

    Tarea del presidente evitar la discriminación, pero es uno de los que mas la apoya.

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  2. Desde luego que hay muchas deudas históricas en el mundo, y en todos sus continentes, pero la forma no es caminar mirando únicamente el pasado, si asi fuera tarde o temprano nos tropezaremos o golpearemos contra un muro.

    La única forma del pago a esos hechos históricos, teñidos de sangre, injusticia y apasionamientos inocuos, es que hoy en dia enarbolemos el respeto entre todos nosotros, la ruptura con el etnocentrismo, el quiebre de la soberbia.

    Lo que está haciendo el gobierno boliviano, es todo lo contrario, ha generado como politica de Estado el odio, la división y polarizó el país. Entonces, no son casuales las reacciones de ambos bandos.

    En todo caso, lo que deberá hacerse es algo pensando en que los habitantes del futuro digan: "en la primera década del siglo XXI, los hombres de entonces fueron capaces de consolidar, por fin, una sociedad justa e igualitaria, respetando las diferencias pero uniendo esfuerzos para vivir plenamente dichosos de ese don que es la vida".

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  3. Hemos venido de una cultura donde sistematicamente se ha relegado al indigena a un nivel subhumano en lo laboral, social y cultural.

    Y nuestra "independencia" como república no nos terminó por librar de nuestros propios demonios.
    En pleno siglo XX, la lucha afroamericana en los Estados Unidos recién tuvo cabida en la década de los 60s.

    Y por lo general, no son procesos que se inician de forma pacífica, siempre hay una cuota de violencia implicita. Pero creo que la humanidad hoy por hoy está en un proceso de reconstrucción de la identidad a partir del reconocimiento del otro: Mandela en Sudafrica, la gran penetracion de la cultura latina en Estados Unidos, la nueva configuracion racial en Europa.

    Precisamente por eso, extraña que Evo Morales continue utilizando métodos de agitación social estando en el sillón presidencial.
    Nadie quiere más violencia racial.
    Es más, Evo Morales tiene la capacidad de decir y pedir a todos los bolivianos que se unan.
    Que exista un día de la unidad nacional, que exista que se yo, una fiesta de la bolivianidad en cada ciudad, donde collas y cambas bailen juntos, cochabambinos y orureños coman juntos, donde aprendamos a conocernos y querernos.

    Es muy dificil eso?
    Sólo falta voluntad.

    Ironicamente Evo está traspasado por la lanza del revanchismo chavista, y no piensa por sí mismo.
    Bastaría salir un día a la calle... y ver escenas cotidianas, como la que me tocó vivir, cuando no pude llegar a mi trabajo por el bloqueo... y una camioneta paró en la calle, y nos subimos todos para que nos acercara lo más posible al centro.

    En la camioneta estaba una cholita jovencita, un chico de mandil blanco, una señora regordeta, un tipo de corbata, un chico que venía del servicio militar, y bueno... yo pensaba lo cinematográfico del cuadro. Todos, bolivianos, todos, subidos en una camioneta tratando de llegar a algún lugar.

    Parece que esta vez no pasó ninguna camioneta.

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  4. Estoy completamente de acuerdo con todos los comentarios. De hecho el artículo no lo escribí yo (acabo de editar la entrada aclarándolo), pero me gusta tomar en cuenta todos los puntos de vista habidos y por haber.
    Efectivamente da rabia que Evo no intervenga de modo decisivo en este asunto y empuje la gente a ser más tolerante, a pensar de verdad, a no irse a los extremos. Con lo complicada que ya era Bolivia, no hacía falta radicalizar de esta manera las cosas. Esperemos que algo mejore, pero no me parece que los principales actores estén dispuestos a ceder.

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